La pieza, que ocupa un lugar privilegiado en la sala ‘Tesoros de la Santa Cruz’ del Museo de Arte Sacro, se encontraba desde hace dos años en régimen de cesión a la Cofradía

 A punto de cumplirse los dos años de la cesión temporal a la Real e Ilustre Cofradía de la Vera Cruz de Caravaca de un relicario de plata del siglo XVII por parte de la Asociación Cultural Caballeros de San Jorge de Alfama, esa cesión ha pasado a convertirse en una donación definitiva.

En la mañana de este pasado domingo, tras la misa de 12:00 h en la Basílica, el hermano mayor de la Cofradía, Luis Melgarejo Armada, y el presidente de la Asociación Cultural Caballeros de San Jorge de Alfama, Antonio López Martínez, han formalizado un nuevo documento mediante el que se acuerda la donación con carácter definitivo de dicha Cruz, que continuará exhibiéndose, como hasta la fecha, en el Museo de Arte Sacro, en la vitrina central de la sala “Tesoros de la Santa Cruz”.

 La donación coincide con la celebración de los actos conmemorativos del 50 aniversario de la fundación del grupo festero Caballeros de san Jorge de Alfama. Por este motivo, y previa consulta a los miembros de su Asociación Cultural, se acordó la donación de la pieza a la Cofradía.

Antonio López declaraba que la donación se materializa con el fin de que tanto los caravaqueños, como los visitantes que recibe el museo, puedan disfrutar de una pieza que contribuye al incremento patrimonial de la Vera Cruz. 

Por su parte, el hermano mayor de la Cofradía agradecía la donación, que se suma a las recibidas durante los últimos cuatro años, como la colección de cruces y objetos relacionados con la Cruz de Caravaca de Antonio Celdrán; la Cruz relicario de 1662 cedida por Caridad Melgarejo; la donación del ‘bargueño de la Cruz’ por parte de la familia Alcázar o la Cruz relicario del siglo XVIII, donada por el matrimonio de José Manuel Martínez Rivas y Juana María Sánchez Carreño. “A todas estas donaciones sumamos y agradecemos numerosos trabajos elaborados y donados al ajuar de la Santísima Cruz como el paño de hombros bordado y donado por Jesús Giménez o las piezas elaboradas por Fina Caro.  

 Una Cruz calada de factura caravaqueña con destino a Europa

La pieza es una Cruz relicario de doble hoja calada y una pareja de ángeles, elaborada en plata y plata sobredorada, que ha llegado en un muy buen estado de conservación.

En el frontal principal presenta las imágenes sobredoradas del Crucificado, la Purísima, la calavera y el letrero INRI. El frontal secundario está compuesto de ocho receptáculos para reliquias con silueta dentellada y formas rectangulares y cruciformes, aunque no existe evidencia de haber alojado reliquias en su interior. La cruz mide 16,5 x 9 cm y pesa 240 gramos.

Este tipo de piezas caladas que se hacían en Caravaca para albergar reliquias eran muy solicitadas en toda Europa.